viernes, 24 de agosto de 2012

Costa Oeste de EE.UU: Las Vegas (II).

Sigo con Las Vegas.

El miércoles nos despertamos sobre las siete y media. Bajamos a desayunar pero hay mucha cola en el Starbucks y decidimos desayunar en el Planet Daylies, que es como un Vips abierto 24 horas en el casino del hotel. Pedimos un french toast croisant y un zumo de naranja para los dos. El café es americano, de ese agua manchada asquerosa que toman ellos y te lo rellenan todas las veces que quieras. El french toast croisant son dos croisants enteros, fritos en mantequilla, con azúcar glass por encima... No pudimos terminarlo entre los dos, ¡y se supone que es para uno sólo! Todo fueron unos 27$ más propina.

Peazo desayuno made in USA.

Este día nos dirigimos hacia el sur del Strip. Vemos el bar de Harley-Davidson, el Hard Rock Cafe y entramos en la tienda de M&M's, que es de cuatro plantas. Compramos algunos detalles para mi hermano y mi cuñada, y para el pequesaurio. Seguimos hasta el MGM, damos una vuelta por él y cruzamos al NY-NY. A pesar del peazo de desayuno, ya es media mañana y mi estómago ruge. Tomamos una porción de pizza, una Bud Light y una Pepsi por 11$, sentados en una de las terrazas del food court, que imita las calles de Nueva York. Vemos cómo pasa la montaña rusa por dentro del hotel, pero no montamos en ella. Salimos a la calle y tras las fotos en el puente de Brooklyn y con la estatua de la libertad, cruzamos al Excalibur. Damos una vuelta y pasamos al Luxor por la pasarela interior que une los dos hoteles, que son de la misma cadena. El Luxor me parece demasiado hortera, todo muy faraónico y gigante, muy americano... Al parecer la pirámide es del mismo tamaño que la gran pirámide de Guiza. Cruzamos hasta el Mandalay Bay en el tranvía gratuito que une estos tres hoteles.

El café de H-D.

M&M's de todos los colores.

El New York, New York.

Interior del New York, New York.

La estatua de la libertad.

El monstruoso Luxor.
Después de perdernos por el Mandalay Bay y no encontrar la salida, decidimos coger el bus para ir al Outlet que hay al sur del Strip. Hay uno en la zona norte y otro en la zona sur, y decidimos ir a este último porque está cerrado, como un centro comercial, y hará menos calor. Es aquí. El bus que cogemos es el Express, que cuesta 2$ durante dos horas o 7$ durante 24 horas. Cogemos el de 24 horas para aprovecharlo al día siguiente para ir a Freemont St. La verdad es que compramos bastantes cosas, dos Levi's para cada uno, yo dos pares de Converse y una chaqueta de cuero, Dani unas zapatillas Puma, algunas cosas para el pequesaurio, camisetas y camisas muy baratas... Al final compramos una maleta de cabina por unos 30$ porque no nos va a caber todo lo que hemos comprado en las maletas (y eso que llevábamos una medio vacía). Comemos allí mismo en el food court, en el Burguer King.

Volvemos en el bus hasta la parada que hay en el Paris-LV. En el hotel descansamos un rato y aprovechamos la peazo bañera para darnos un baño. Nos vestimos y vamos a dar una vuelta por el centro comercial del hotel, que se llama Miracle Mile. Después tomamos unas cervezas en el bar del casino, aprovechando la hora feliz, dos Coronas por 6$. Las siguientes dos ya nos cuestan 14$... Echamos un dolar en una de las máquinas tragaperras y damos una vuelta por el casino, por curiosidad, más que nada. Miramos las mesas de ruleta y de dados, pero no nos apetece gastarnos el dinero en eso. Después yo tengo un poco de hambre, compramos en una tienda unas Pringles y unas Stella Artois y nos subimos a tomarlas a la habitación, y a dormir que ha sido un día largo.

El jueves nos despertamos a las 8.30, parece que ya vamos deshaciéndonos del jet-lag. Desayunamos en el Starbucks y salimos del hotel hacia las diez, aprovechando el desayuno para robar Wifi y comunicarnos con las familias por correo. Decidimos ir hasta la oficina de Tix4tonight que hay en el Bill's Gambling Hall, debajo de la pasarela que cruza el Strip por el Caesar's Palace, aunque hay un montón de oficinas por todo el Strip. Son para comprar entradas para los espectáculos de ese mismo día o el siguiente, con algo de descuento. Si vas a primera hora suele haber cola porque se acaban bastante rápido las entradas para los espectáculos más importantes. Queremos ver algo del Circo del Sol, pero como es jueves no hay representaciones de Zummanity (que nos recomendó David) ni tampoco hay representaciones de Ô, así que pillamos para Ká a las 21 horas.

Aprovechamos que tenemos el ticket del bus todavía y cogemos el Deuce hasta Freemont St. El Deuce es el bus que va por el Strip y tiene parada en todos los hoteles principales. El Express sólo para en unos cuantos y es el que va a los outlets. Los conductores del autobús tienen un sistema de megafonía y van hablando todo el rato, anunciando las paradas, pidiendo a la gente que no se ponga en la puerta trasera, explicando cosas que vamos viendo. Aquí me sorprendió un poco, pero después vimos que era igual en todas partes, tanto en los parques nacionales con en San Francisco. En Freemont St, que es la zona más antigua de Las Vegas, donde empezaron los casinos, nos sentimos un poco desilusionados. El sitio es un poco decadente, con gente un poco rara. Contrasta mucho con el Strip, que a mi me ha sorprendido por lo limpio que está, lo cuidado que lo tienen, aunque haya bastantes mendigos. Supongo también, que al ser por la mañana y no estar encendidos los neones ni la pantalla gigante que cubre toda la calle, nos pareció más decadente aún...Hacemos unas fotos a los neones y cogemos el bus de vuelta al Strip.

Uno de los primeros neones de Las Vegas.


Vista del Stratosphere.

Bajamos en el bus por todo el Strip hasta el MGM Grand, para recoger las entradas para esa noche. El bus nos deja en la puerta del Montecarlo y entramos a verlo. Yo había leído que dentro hay un bar que se llama The Pub, que tienen cientos de cervezas diferentes. Tomamos dos cervezas Tenaya, de Las Vegas, con unos Mac&Cheese que me como yo enteros (a Dani no le gustan los macarrones) por unos 27$ más propina. Después Dani se come una porción de pizza en el food court.

The Pub.

Cruzamos al MGM y recogemos las entradas. A mi no me apetece mucho andar, así que cogemos el monorrail desde allí hasta el Bally´s, que está al lado de nuestro hotel, y en vez de ir por la calle, entramos por el Paris-LV para verlo por dentro. Me viene a la cabeza la idea de que es como se imagina París alguien que no ha estado nunca, es decir "demasiado París", como el Venetian...  Llegamos al hotel y nos tomamos algo en el bar del casino. Como tienen dos por una en Coronas, Dani se pide dos del tirón, mientras yo me tomo un Chardonnay, todo por 14$. Cuando terminamos, nos echamos un rato la siesta, una ducha y salimos hacia el MGM para ver Ká.

Vamos dando un paseo porque ya es de noche y no hace tanto calor. El teatro de Ká es más tradicional, pero el escenario es alucinante. Al principio, antes de empezar, mientras la gente se sienta, donde tendría que estar el escenario hay un foso del que salen llamaradas de fuego. Y una vez que empieza el espectáculo ves que el escenario sube y baja, se pone vertical y gira en todas direcciones, lo que hace que la función nos parezca alucinante. Nos gusta más que Le Rêve, es mucho más impresionante. Al salir, nos damos otro paseo hasta el hotel. Hay mucha más gente por la calle. Cenamos en el Planet Daylies y me como mi primera hamburguesa "de verdad", no del Burguer. Nos vamos pronto a la habitación después de cenar para hacer la maleta y descansar porque el día siguiente nos esperan muchas millas de camino.

Como resumen de Las Vegas puedo decir que es una ciudad que me ha sorprendido para bien. No me la esperaba tan limpia y cuidada, con tantas cosas que hacer, me la imaginaba más decadente. Como dice Dani, es tan exagerada y tan hortera que acaba resultando curiosa. No sé si volvería otra vez, hay tantos sitios para conocer en el mundo y tan poco tiempo, pero sí que creo que merece la pena conocer Las Vegas, aunque sea una vez en la vida.

Y en las siguientes entradas... ¡Los parques nacionales!

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